Memorizar frente a la reflexión y el entendimiento de lo que se aprende, podría ser el gran malentendido educacional que nos atañe de cara al aprendizaje aplicado y al pensamiento crítico. Estamos inmersos en un modelo educacional sesgado que tiene como objetivo llenarnos de una cantidad indigerible de información, sin dejar espacio para el análisis y su aplicación, esencia del aprendizaje. Las preguntas y el cuestionamiento son condiciones sine qua non para comenzar a dilucidar respuestas de aplicación práctica a nuestra vida. Saber que no sabemos es una declaración de ignorancia, que al declararla nos abre paso inmediatamente al aprendizaje y a la superación de nuestras limitaciones.
El poco esfuerzo a corto y largo plazo en mejorar nuestro modelo educacional nos deja al descubierto en pocas generaciones a políticas ineficientes y una aparente democracia, que dependerá de la decisión indiferente y desinformada de un grupo de personas que no ha tenido una base de educación cívica, esencial para escoger sus propios lideres. Descuidamos el entorno educacional de nuestros jóvenes a merced de toda la basura informativa, olvidando que la unidad esencial de una sociedad es el individuo y ese individuo se debe formar, educar, siendo todos responsables de ese aprendizaje y esa formación. Informarnos, procesar y digerir la información adecuadamente es el gran desafío de la actualidad.
Parece imposible combatir o cambiar el ascenso exponencial de la desinformación publicada cada día, por los miles de medios disponibles que no tiene el mínimo interés en educar a la población, pero podemos hacer algo con nuestros niños, en la unidad familiar, enseñarles a pensar y razonar antes de enseñarles a escribir. La apertura cerebral que tienen antes de los 3-4 años es increíble, porque predomina el hemisferio derecho, que incorpora todo el aprendizaje conductual holístico. Al incorporar las palabras, desarrollo la parte izquierda, analítica, numérica y secuencial, es allí cuando me separo un como individuo de lo que estuvo siendo la totalidad de mi existencia. Justo en ese momento, cobra especial relevancia el modelo educacional, ya que lo que enseñamos en las escuelas, debe perpetuar la integridad del ser humano de la mano con el avance de una nación, el desarrollo de instituciones inclusivas, de oportunidades, servicios públicos, seguridad, innovación tecnológica y educación necesaria para movilizar a la población a la evolución de su existencia. Esa es la verdadera democracia, no votar, sin saber.
Abandonar la formación de los jóvenes es un suicidio social, serán ellos los que, en un futuro, que nos incluirá, escogerán la estructura social, política y económica. Serán ellos nuestros lideres, de los cuales nos enorgulleceremos o avergonzaremos.